Los paros de colectivos, la ausencia de taxis por las noches y el tráfico en el microcentro hacen de la ciudad un infierno. En año de elecciones, la intendencia trata de dar algunas respuestas, pero muchas soluciones no llegan.
Desde el 31 de marzo que se debate en el Concejo municipal la mejor forma de resolver las solicitudes de la UTA, quienes piden un aumento no remunerativo de entre 300 y 400 pesos para los conductores de colectivos. El precio de la suba en los salarios dejaría un costo de 8 millones de pesos en el periodo comprendido entre enero y agosto. “Nos pidieron que tengamos paciencia”, explicó Cornejo al hablar sobre la reunión establecida ese mismo día, aunque el plazo solo se extendió hasta el próximo lunes. De no llegar a un acuerdo, harían paro el miércoles.
La inquietud de los ciudadanos reside en saber de donde se sacará el dinero para otorgar dichos incrementos. El Intendente Miguel Lifschitz declaró en la reunión del primero de abril: “Más allá de que este aumento va a impactar en el costo del sistema, somos concientes que el momento económico y social que se está atravesando en la Argentina y en Rosario no permite pensar en retoques de tarifas”.
En la mira
El otro transporte predilecto de los rosarinos son los taxis. Si bien éstos tuvieron su pedazo de la torta al aceptarse el aumento de tarifas diferenciales en octubre de 2008, el servicio aparenta ser el mismo. Marcela Biscotti, directora de Tránsito de la Municipalidad, denunció que no hay móviles de noche. Argumentó que los ciudadanos “pasan horas en la calle intentando encontrar uno que los lleve a la casa” y que por esa razón la gente suele manejarse con sus propios autos.
El noviembre pasado, sin ir más lejos, una docena de usuarios denunciaron abuso por parte de los taxistas. Expresaron que éstos no respetaban las tarifas según el horario y recorrido. Al respecto el director de Transporte de la ciudad, Mariano Savia había asegurado que se realizaban controles y se daban las sanciones necesarias. Esta medida pareciera haber dado un alto a los chóferes.
Embotellados
Desde hace más de un año que transitar con automóviles en el microcentro es una aventura incierta. El sector comprendido por San Luis, San Martín, Paraguay y Urquiza suele estar atestado a toda hora del día, pero en especial a la mañana. Debido a las construcciones de edificios, las calles están parcialmente obstruidas o totalmente cortadas y esto genera un conflicto para el paso de los rodados.
En líneas generales, no se han tomado grandes medidas desde la intendencia aunque el problema haya comenzado a principios del 2008. Si bien el estacionamiento medido iba a ser la solución, no causó más que entrecejos fruncidos por parte de los ciudadanos poseedores de autos.
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